12 Oct Salud ocular y adultos mayores
Salud ocular
Una mala función visual afecta a otros parámetros de calidad de vida como podrían ser:
- la discapacidad,
 - caídas y fracturas,
 - independencia,
 - sensación de bienestar,
 - actividades de la vida diaria,
 - uso de los servicios de la comunidad y mortalidad.
 
También puede producir:
- alteraciones en el estado de ánimo como ansiedad y depresión,
 - alteración en las relaciones sociales
 - o un empeoramiento de una demencia senil.
 
Pacientes con una mala visión pueden necesitar ayuda en actividades como pagar facturas, comprar, salir de casa. Puede afectar la capacidad de conducción (en ocasiones ajustando su patrón de conducción conduciendo menos frecuentemente, distancias más cortas, en horario diurno, más lento).
Principales patologías visuales en la tercera edad
Catarata
La catarata se define como una opacidad en el cristalino y es una importante causa de pérdida visual.
Pueden aparecer síntomas como:
- sensación de visión de niebla,
 - fotofobia,
 - visión borrosa
 - y deslumbramientos, especialmente nocturnos dificultando la conducción nocturna.
 
Degeneración macular asociada a la edad
Es una causa frecuente de disminución severa e irreversible de visión en los pacientes de edad avanzada. La enfermedad causa lesiones en la porción central de la retina, la mácula que es la responsable de la visión central necesaria para la lectura o la conducción. Existen 2 tipos de degeneración macular:
- La degeneración macular de tipo atrófica o seca es la forma más frecuente (85%) y se caracteriza por una pérdida visual lentamente progresiva.
 - La degeneración macular exudativa o húmeda que se caracteriza por presentar nuevas formaciones de vasos debajo de la mácula, su evolución es rápida y severa.
 
Los síntomas pueden ser imperceptibles en su inicio (sobretodo en la forma seca). En cambio en la forma húmeda los pacientes pueden tener síntomas mas acusados como una pérdida de visión central brusca con alteración de la forma de las imágenes (las lineas rectas se ven deformadas).
Glaucoma
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico irreversible que se produce por una elevación de la presión intraocular. La incidencia de glaucoma aumenta con la edad. La presión intraocular elevada viene determinada por un desequilibrio entre la producción de humor aquoso (responsable del tono ocular) y su drenaje.
Retinopatía diabética
La diabetes de tipo 2 se manifiesta también en la edad adulta avanzada. El cuerpo fabrica insulina pero no la utiliza adecuadamente para metabolizar los azúcares. Es frecuente en personas con exceso de peso, antecedentes familiares o que hacen poco ejercicio físico. Esta patología comporta riesgos visuales ya que puede afectar a la retina. Una detección y tratamiento precoz es crucial para estabilizar la pérdida de visión.
Ptosis parpebral
En la tercera edad, la musculatura va perdiendo tonificación y, en ocasiones, ello comporta un descolgamiento de los párpados que puede llegar a afectar a la visión. El tratamiento es quirúrgico.
Sequedad ocular
Con la edad es frecuente que las mucosas se resequen. Así ocurre con la vía lagrimal. Ello comporta problemas que pueden resultar muy molestos y ocasionar complicaciones como la blefaritis, al obstruirse las glándulas de Meibomio de las pestañas. Ocasionándose inflamación y secreción grasa que puede infectarse. El tratamiento requiere una higiene palpebral diaria y específica en función de la afectación.
Recomendaciones para el cuidado de los ojos en la tercera edad
- Hidratar diariamente los ojos mediante lágrimas artificiales indicadas por el oftalmólogo
 - Lavar diariamente los párpados según indicaciones proporcionadas por el oftalmólogo en cada caso
 - Controlar regularmente de los niveles de azúcar y colesterol en sangre
 - Practicar gimnasia ocular enfocando de lejos y de cerca alternativamente
 - Evitar conducir después de la caída del sol, o realizar actividades que requieran concentración visual en condiciones de escasa iluminación, cuando el cristalino empieza a opacificarse y se pierde sensibilidad al contraste.
 - Acudir, como mínimo una vez al año, al oftalmólogo para revisar la visión. Especialmente el fondo de ojo, la presión intraocular y el cristalino.
 
 			 
 